GRACIAS POR SER MI MADRE
Doy gracias a Dios por haberme dado una madre que ha sabido ser madre y padre a la vez. Ella ha estado cuando más la he necesitado, ha reído y llorado a mi lado. Me ha brindado los mejores años de su vida. Una vez le pregunté la fórmula secreta para poder llevarme a donde me encuentro hoy día, esa fórmula con la cual ha resistido todas las carencias que hemos atravesado. La respuesta de ella ha cimbrado mi corazón, cuando responde que la fórmula hemos sido sus hijos. Me ha dicho que soy su motor de vida. Mi alma se estremece cuando la escucho decir esto.
Como hijos muchas veces no hemos sabido apreciar el sacrificio que hace una madre para brindarnos lo mejor, no hemos valorado el amor más puro y sincero que existe este mundo “el amor de una madre” ese que resiste tormentas, ese para el cual no hay distancia, tiempo, espacio, para que el que no existe barrera que no pueda superar. Por eso no sólo el día de las madres le regales flores, cada día da gracias a Dios por tenerla a tu lado, dile cuanto la amas, abrázala, regálale un beso en la mejilla y dile cuán importante es ella en tu vida. El ser humano comete errores por naturaleza, así que si aún no has hecho lo que digo, no te quedes sentado a ver cómo pasa el tiempo. Haz saber a mamá el amor que le tienes.
Hoy a través de estas sencillas palabras doy el mayor reconocimiento a las madres que han sacado adelante a sus hijos ellas solas, porque son verdaderas guerreras incansables que a pesar de los obstáculos que se les han presentado, han guiado a sus hijos por el mejor camino, les han brindado las herramientas para enfrentar los problemas que se presentan en la vida.
Reconozco a mi madre, mi mayor ejemplo de vida, a ti por velar mis sueños, por brindarme ese amor, por preocuparte a cada segundo por mí, ahora no puedo llenarte de regalos materiales, pero te regalo algo que tú me has enseñado muy bien, te regalo el amor de hijo.
ANTONIO JIMÉNEZ PÉREZ
